
Después del final, sané el corazón del protagonista secundario
Después del final, con el secundario masculino ¿Quién creería que un simple gato podría hablar? Pero cuando le confesé un pequeño desahogo a un gato callejero, jamás imaginé que escucharía mi deseo. “Si realmente quieres ser feliz… ¡yo lo haré realidad, miau!” Diez años después de que la novela de mi amor platónico terminara, me reencarné en su mundo. Y esta vez, no me conformaré con ser espectadora: lucharé, conquistaré y viviré feliz junto a él… incluso si eso significa tomar al chico que siempre estuvo en las sombras. ¿Podré finalmente escribir mi propio final feliz, a mi manera?